sábado, 2 de octubre de 2010

El verano se acaba

Inexorablemente, año tras año, las estaciones se suceden y nada puede pararlas, después del verano llega el otoño y con él la oscuridad, la vuelta a la rutina, el fresquito, la ropa de abrigo,... pero también las cosechas de otoño. En nuestro caso se trata de uvas y manzanas de nuestro jardín.
 
Uno de nuestros siete manzanos


No obstante, las urracas, el viento y los caracoles y babosas se dan más prisas que nosotros en los frutos y flores de nuestro jardín, porque a nosotros apenas nos da tiempo a coger la décima parte.
Las ardillas también están escondiendo frutitos en nuestro jardín, y para ello le han pedido la complicidad de su silencio a Ana, que se encontró de frente a una el otro día que acababa de esconder sus frutos y no huyó.
 Hoy estamos en casa con la calefacción encendida terminando los ajustes de decoración para tener la casa algo más bonita, mientras en la calle hace un fuerte viento, que no se oye gracias a los buenos cristales de
 que disfrutamos.


Las chicas disfrutan de su terraza Playmobil, una vez terminados los deberes de Raquel sobre ventajas y desventajas de los distintos métodos para atacar un castillo medieval inglés.





Juan está haciendo un trabajo magnífico poniendo lámparas, montando estantes... Ha montado una docena de muebles IKEA pero de los complejos. Está hecho todo un experto.
En fin, un fin de semana casero después de la semana dura de Juan en España, y distinto del sábado pasado en que participamos en un equipo de empaquetado de voluntarios para UNICEF.



Aquí en Copenhague están los cuarteles generales de UNICEF y de ACNUR (Ayuda a Refugiados) y me llegó un mensaje de que buscaban voluntarios para preparar en 8 horas 10.610 envíos con destino a madres de Pakistán que trabajan como trabajadoras sanitarias tras las terribles inundaciones que han sufrido.
Allí acudimos, con nuestra pañoleta scout puesta, toda la familia, listos para ayudar en lo que hiciera falta. ¡Qué ambiente! Yo creo que éramos más de 300 personas por turno en distintas líneas de empaquetado, preparando cajas, cerrando, precintando y paletizando. Allí nos encontramos a más familias de nuestro colegio.


Los voluntarios eran de múltiples nacionalidades, razas y culturas, pero se respiraba que todos veníamos con ganas de ayudar.


Nos enseñaron los increíbles almacenes en el puerto, desde los que se preparan los envíos de suministros a todos los lugares en que son necesarios, bien sea ayuda períodica a campos de refugiados o sitios de conflicto, o ayuda de emergencia.
Las cajas que se ven detrás de la foto de arriba os dan idea de la cantidad de trabajo que se hizo esa mañana.
Había voluntarios hasta para mover carretillas paletizadoras.
 

Nosotros tuvimos que empaquetar primero vendas y después frascos de jarabe antibiótico y trabajamos todos muy bien (aunque en mi forma de utilizar la cinta de precinto se veía que el embalaje no era profesional) hasta que se nos acabó la materia prima.
UNICEF nos regaló una camiseta, y nos obsequió con pizza y bebidas al final del trabajo. Nos gustó tanto que queremos que nos vuelvan a llamar cuando dentro de 15 días es posible que preparen otro "Packaging day". 
Nos resultó a todos muy sorprendente conocer la forma de trabajo de UNICEF. Cuando hay una emergencia, no sólo se mandan medicamentos, vacunas, ropa de abrigo y kits de potabilización. También hay previstos unos grandes baúles metálicos con material para poder reanudar la educación de los niños aún en campos de refugiados, e incluso material de juegos para que los niños puedan jugar en momentos donde lo han perdido todo, intentando que los niños puedan seguir siendo niños.

Yo por mi parte me estoy relacionando con la comunidad hispanoparlante a través de cafés con otras mamás, en el patio del colegio, o en las clases gratuitas de danés para señoras a las que acudo martes y jueves.  Y con los "english speakers" ya que la mayoría de mamás lo son. También intento quedarme a la Asamblea u oración comunitaria de los miércoles en el colegio, lo que me sirve para ampliar mi inglés y escuchar charlas o actuaciones muy interesantes, además de preciosos himnos.
La semana próxima el colegio tiene la oportunidad de ayudar a gentes sin hogar de Copenhague a través de las Hermanas de Teresa de Calcuta que tienen un hogar aquí. Coincidiendo con el tiempo de cosecha, los niños de primaria llevarán frutas y hortalizas, y los de secundaria productos no perecederos.

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