Además, mientras su padre se ha ido de viaje, me han ayudado mucho en todo lo de casa y han sido muy obedientes.
Tenemos que dar gracias a Dios por las oportunidades que nos ha dado. No todos los españoles que viven aquí tienen tan buena calidad de vida como nosotras, ya que la mayoría sólo pueden vivir en pisos en el centro, que además son sin ascensor, y pequeños. La semana pasada nos invitó una señora santanderina de 98 años a comer en su casa. Toda una institución en Copenhague, porque trabajó como ama de llaves y jefa de cocina de la Embajada española. Además tiene una salud y una memoria de hierro. Pero la mujer vive en un segundo sin ascensor con solo una habitación.
Estamos siendo un poquito vagas para vivir en el "danish way of life" e ir a todos los sitios en bicicleta. Como muestra una foto del centro de Copenhague.